viernes, 30 de noviembre de 2012

El mundo se para y toma una fotografía.


Hoy he presenciado una de las escenas más bonita y dulce en tiempo. Paseaba por la calle cuando me he encontrado una familia que se disponía a tomar un poco el aire. Iban todos, el nieto, la madre, los abuelos y la bisabuela. Llegó un momento en que la bisabuela quería cogerle la mano a la criatura, que no debía llegar al año. Al cogerse la mano, el niño ha sonreído. Ese mismo instante ha sido como si el mundo se parara, cogiera una fotografía para el recuerdo y volviera a tomar su curso rápido habitual.

 La ternura de la escena me ha conmovido de tal forma que he visto la necesidad de escribir sobre ello tan pronto llegara a casa, así intentar que ese segundo no cayera en el olvido como tantos otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario